El 13 de marzo de 2020 era mi cumpleaños y la vida me regaló un confinamiento. Yo no lo sabía, pero la vida me tenía preparada una sorpresa: empujarme a salir del armario espiritual.Pocos sabían que, desde muy pequeña tengo la habilidad de ver más allá de las personas, de entrar en su energía, vislumbrar sus almas, canalizar y recibir información para ellas.

Llevaba muchos años haciendo sesiones, pero siempre en privado, a gente conocida o amigos de amigos. No lo decía por temor a lo que pudieran pensar de mí, pero estaba equivocada, la gente lo recibió con credibilidad, apertura y cariño. Y es que, cuando ofreces tus dones y instalas en la misión de tu alma, el universo conspira y todo fluye.

Fueron tres grandes amigos, que conocían bien lo que hago, mis queridos Ángel Rielo, Amparo Ortiz (Mypoeticglance) y Miriam Díaz- Aroca quienes, a través de directos en su Instagram, mostraron esta parte de mí que nunca había contado: la de lectora de almas. Poco después, las entrevistas con Rubén Martín, Catalina Hoffman y Anne Igartiburu me impulsaron a llegar aún a más personas y, la vida, me hizo ponerme totalmente a ello.

Hoy en día, realizo sesiones a todas las personas que sientan que puedo servir de ayuda para su evolución y estoy al frente de “La Tribu de las Mariposas”, una comunidad de IG donde se habla del Alma. Estoy totalmente al servicio.